Alvaro Uribe sostiene una imagen pulcra, rígida (muy pocos signos de flexibilidad), y segura. En la mayor parte de sus intervenciones públicas se observa que sus gestos acompañan su discurso, siendo bastante característico de este mandatario el uso de su mano derecha (con el dedo índice alzado) para acentuar el significado de importancia que puede tener ciertas partes de su intervención. Es sobrio, erguido, utiliza un tinte de mirada natural pero fija, observa su audiencia, pero a su vez sabe cuando es necesario generalizar su mirada.Su estilo de vestimenta está enmarcado dentro de lo clásico y elemental para un representante administrativo. Los colores son generalmente obscuros, y en lo que más uno pude observar
el contraste es acaso en las corbatas.Gestualmente, utiliza mucho su rostro para afirmar la imagen de rectitud, pero a su vez no se puede decir que se lo observe tensionado y preocupado. Por el contrario, emite una imagen de seguridad sembrada en fundamentos de conocimiento y experiencia, más no en un carácter eufórico o descontrolado.
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